MI HISTORIA

La perfección.Un concepto que me acompañó desde pequeña en todos los aspectos de mi vida; ser la estudiante perfecta hasta tener el cuerpo perfecto; claro cuando fuí adulta también intentar ser la ejecutiva perfecta, con traje sastre obscuro y portafolio de piel, y aunque nunca use portafolio, si vestía de negro todo el tiempo.

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Hasta que un día, acostada en un camastro, con la brisa en mi rostro y el sonido del mar al fondo, me cuestioné:  ¿Era feliz siendo quién era? ¿Era feliz con mi cuerpo, con mi apariencia personal, con mi forma de ver la vida?

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No sabía con seguridad; me había cansado de buscar la perfección puesto que quería retomar mi esencia.Ese sentimiento por dentro y fuera de mí, fué el momento en el que inició mi camino hacía la autenticidad y mi reconstrucción.

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Inicié apostando por mí, sanando la relación con mi apariencia personal.Empecé a querer y aceptar mi cuerpo; cultivé por primera vez un amor propio; hice las pases con mí yo del espejo; comencé a forjar mi estilo y a explorar con más entusiasmo mi lado fashionista; trabajé en mis propias límitaciones, rompí mis creencias y me atreví a cosas nuevas.

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Y después de sanar la relación con mi imagen inicio la reconstrucción de mi nueva yo, con una nueva forma de ver a mi cuerpo, nueva manera de expresar mi personalidad y una nueva forma de percibir la belleza, una forma basada en el amor, la valentía y la lealtad a mi esencia.

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Esta nueva versión se olvido de ser perfecta y se volvió auténtica, dejando una huella, no en el mundo, si no en mi misma.